sábado, diciembre 28, 2013

EL SUEÑO



El verdadero soñador
sabe que el sueño más alto
está siempre al alcance de
la vida



texto y foto
mery sananes




Juan Sebastian Bach
Suites para Cello
Yo-Yo-ma

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miércoles, diciembre 25, 2013

LA OTRA NATIVIDAD


Gustav Klint





Creo que cada instante
hay un parir que tiene tanta
importancia como cualquier otro y que
ese hecho innumerable es una natividad
que rescatar guarecer y conservar
para que cada abril no tenga su risa
que andar por las rutas de la condena
sin resurrección que nos ofrece este
tiempo de horror


mery sananes
26 diciembre 2009


Juan Sebastian Bach
Oratorio de navidad comoleto

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lunes, diciembre 16, 2013

GERANIOS EN RISA - MENSAJE CPT-CEHA 2013-2014




Hoy no sabemos por dónde andan
los amaneceres ni si los apamates
crecen bajo las sombras de sueños
sin inviernos

   


Ya no dudamos del color del fuego
ni del brillo que dan los cánticos de abril
bajo las égidas de los lutos que se pierden
en los aposentos de soles que no alcanzan
los firmamentos del amor


 

Estamos solos frente a las mareas
de un aturdimiento que nos quita
la condición de acaudalados del viento
hasta hacernos militantes de posadas
sin huesos ni rocolas de llantos


 


Pero aún en medio de las horas
más terribles se levanta el tiempo
de los  constructores de espigas
en flor de primaveras para reinstalar
rutinas de esperanzas en los territorios
de los años que verán crecer los geranios
en risas para los manantiales de los
festejos que van más allá de todo lamento 




EN EL AÑO DE LA CELEBRACIÓN DEL
TRIGÉSIMO ANIVERSARIO
DE LA CÁTEDRA PÍO TAMAYO
1983 – 2013



El lunes 27 de Enero del 2014, 
a las 6 pm, en la Sala 'E' de la UCV
haremos una sesión especial para celebrar
estas tres décadas iniciales



Invitamos a que nos acompañes






Cátedra Pío Tamayo
Centro de Estudios de Historia Actual
IIES / FACES / UCV
Coordinadores
Agustín Blanco Muñoz / Mery Sananes / Danielita Barrolleta
abm333@gmail.com / dbarrolleta@gmail.com / merysananes@gmail.com

diciembre 2013 – enero 2014


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jueves, diciembre 12, 2013

A LA LUZ DE UNA VELA




A la luz de una vela
la escritura retoma su
caligrafía de flor su tremor
de pájaro su rumor de
corno estremecido

La mano borda sus suspirerías
en el tejido de un árbol antiguo
y los dedos redescubren la
consistencia de una caricia
que no supo de la opacidad
de los cristales

Un hallazgo de estambres
convoca la perplejidad del
tintero y la pluma susurra
 en gerundio un trinar de
asombros olvidados



texto y foto
mery sananes







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miércoles, diciembre 11, 2013

DE LAS PALABRAS - EL SILENCIO ESCRITURADO DE EMILY DICKINSON





Pequeñez

Es cosa tan pequeña nuestro llanto;
son tan pequeña cosa los suspiros...
Sin embargo, por cosas tan pequeñas
vosotros y nosotras nos morimos. *



EMILY DICKINSON


* Versión de Carlos López Narváez


Cuatro versos, diminutos, breves, concisos. Y sin embargo en ellos se congrega un todo, un hemisferio del vivir, que resume el andar, con rutilante precisión.

Saludamos a Emily en este día de su nacimiento. Mucho llanto y suspiro se juntaron en sus años pero tomó la palabra como si fuese un azadón y sembró el paisaje con su silencio escriturado y el galope alado de su viento mesurado.

mery sananes


Algunos datos biográficos en el siguiente enlace
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lunes, diciembre 09, 2013

PERPLEJIDADES

 foto de pedro genaro
A Pedro Mir


Y cómo vamos a hablar de cercas
si la tierra no reconoce los linderos
que les coloca el hombre
si su siembra crece de ambos lados
de un madero que dejó de ser manzano
para convertirse en despeñadero y
centinela de frutos ajenos y suspiros
arrebatados

Creímos que algún día el paisaje
sería ancho y extendido como una
casa sin puertas ni ventanas en las
que cabría la alegría y por ello 

alguna vez hicimos del bosque una 
encrucijada de metales sin saber 
que el fuego que manaba de sus 
arterias iría a herir nuestra
propia sombra

Y se nos fue la ilusión prendida
de la risa rota del último niño aturdido
por la devastación de sus sueños
y sus cuadernos de dibujar estrellas

Y ahora resulta que no hay huerto ni casa
ni algarabía sino una tristeza que cabalga
en los mariposales del alma como si fuéramos
transeúntes de una historia que no nos
pertenece

Qué se nos hizo la esperanza
que condujo tantas nubes a convertirse
en lechos cristalinos
qué se hizo la canción que entonaba
la tierra en las madrugadas de los frutos
regados en las empalizadas de los párpados

No sabemos ya ni cómo recoger los pedazos
de lo que fuimos de tanto desgranar asombros
donde sólo había muerte sin sepultura
y ahora que apenas somos silentes
espectadores de un tiempo sin colores
ni brisa no atinamos siquiera a escribir
el epitafio de un tiempo vestido de cielo
y aromado de arroyos que sólo sabe
de horizontes quebrados de unas aguas
que se alejan mar adentro dejando su huella
de sequía sobre los surcos de un rostro
aquejumbrado

El precipicio se llevó las palabras
las aturdió hasta hacerlas perder la tesitura
de la que estaban hechas y el aroma de café
que brotaba de sus solares
nos quedamos con un grito aherrojado
que tiene un sabor a metal y a camino minado
y nos quedamos callados en vez de ir
en busca de la canción de la que nacimos
olorosa a guayaba y a azafate de melados

¿Desistiremos acaso de toda ilusión?
¿Entregaremos la muerte que aún nos queda
sin que el pecho se destroce de tanto vacío?

Hay que hacer de la palabra un horizonte
vertical  erguirla como el tallo de un maguey
con hondura de pozos artesianos con una savia
nueva que inunde los vasos comunicantes
de la rota ingeniería que nos sustenta
y salir a sembrarla en los vericuetos de
nuestra incertidumbre hasta que brote
una canción que acalle por siempre
este tropel de perplejidades en que se nos ha
convertido la existencia


mery sananes
23 de septiembre del 2009

Este poema forma parte del libro
Palabras conjugadas, 
publicado por la CPT y el CEHA 
de la UCV, en julio del 2016,
pp. 21-22

SONIA SILVESTRE CANTA UN POEMA DE PEDRO MIR
SI ALGUIEN QUIERE SABER CUÁL ES MI PATRIA

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miércoles, diciembre 04, 2013

LA CARMEN DINA DE ENRIQUE ALÍ GONZÁLEZ ORDOSGOITTI





LA CARMEN DINA
DE ENRIQUE ALÍ GONZÁLEZ ORDOSGOITTI

SE FUE PARA OTROS ESPACIOS A LA MISMA
SIEMBRA DE SUS ENTREGAS

Enrique Alí

Hemos estado cerca desde hace muchísimo tiempo. Una cercanía que poco tiene que ver con reuniones sociales sino más bien con lo que se comparte, lo que se sueña, la dirección del trabajo que realizamos. Pero si algo junta a la gente que se tiene afecto es el dolor. Esa herida que de pronto la vida nos deja, con o sin aviso, pero que nos quita hasta la respiración.

Y cuando supimos que tu compañera Carmen Dina se fue para otros espacios, y de la larga lucha que libró con su enfermedad, hasta el instante de tener que hacer su travesía,  nos acercamos a ti más que con cualquier otro gesto, con el silencio que reverencia, con el abrazo que ofrenda, con el corazón que comparte.

Sabemos  bien que no se trata de acostumbrarse a las ausencias sino  de convertirlas en continuación de lo que nos fue dado recibir. Y conociéndote, Enrique Alí, tenemos certeza de lo que son para ti las relaciones afectivas, los hijos, la compañera de la vida y el oficio ucevista, esos hilos infranqueables que son raíces y ramas de un árbol que aún abatido por los vientos, irrumpe de nuevo con sus hojas.

Y no nos queda sino estar contigo allí, en esa dura batalla, en esa transición que nos permita de alguna manera avasallar el dolor que vivimos, para poder recuperar de nuevo todas las sonrisas que aún están allí, flotando en el aire, adheridas a los hijos, envueltas entre tus manos, como el más precioso don que recibimos de quienes nos quieren y que dejamos a quienes queremos.

Y conocemos tu estatura, tu estirpe, Enrique Alí. Y podemos intuir la entereza de Carmen Dina, afrontando no sólo una enfermedad que se hizo insalvable, sino una despedida que nunca será tal para ella. Porque de cuántas formas quedan sus huellas inscritas en la corteza de ese árbol milenario, en la estructura de sus frutos y de sus florerías.

Tú estás marcado y hecho por ellas como ella lo estuvo de las tuyas. Y es un bien vivido, una vida que advino con su carga de magia, de deslumbramientos y de amor. Y es bastante y mucho decir que hemos podido vivir esos milagros.

Algo que nada ni nadie nos puede opacar ni oscurecer. Ni aún las noches de menguante, ni esos amaneceres en los cuales la niebla nos oculta un sol que sabemos que está allí.

Sólo queremos que sepas Enrique Alí lo cerca que estamos de ti, con nuestras manos extendidas para recoger el dolor que se derrama de tu naturaleza sensible, incapaz de comprender los avatares que truncan lo extenso del camino que había que recorrer.

Ahora tienes una doble tarea: doblegar el dolor, sanar la herida, restablecer la alegría. Hacer de la lágrima el más hermoso reflector de un arcoíris que siempre dibujará en los cielos la imagen de Carmen Dina, regresando una y otra vez a cuidar de ti y de los hijos.

Y sabemos que tienes la fortaleza y el temple para hacerlo. Ahora, en estos instantes hay que dejar que la herida procese su propia sanación. Sin nada que la apure. Que la lágrima haga su recorrido hasta reencontrarse con la savia de los ríos. Que el abrazo tome la medida de todos los vacíos hasta que ella, tu compañera de ayer, de hoy y de siempre, de nuevo encuentre su presencia allí indoblegable, junto a ti, para sostenerte y cuidarte.

Desde donde estamos te enviamos herbolarios mágicos, palabras que aún no han sido dichas, regueros de flores silvestres, corpúsculos de luz que crecerán hasta hacerse soles sobre tus ojos, y en particular, Enrique Alí, todo lo que te queremos.

Ojalá que en algo sirva para mitigar la dureza de estos días, en esa seguridad que tenemos de que hablamos por nosotros mismos y aún por aquellas ausencias que mañana nos tocará a nosotros dejar.

Y hay que preparar a los que vienen detrás para que sobreviva siempre la alegría sobre la tristeza. La magia y la memoria de lo que quisimos ser, por sobre nuestra sola presencia física. Y en el recuerdo estará la imagen de Carmen Dina, ya en otra dimensión, pero en su misma siembra de entregas y confituras dispuestas para aliviar estos duros golpes hasta volverlos recintos de acompañantes de una vida con plenitud de amor y trascendencia.

Mucho te queremos y abrazamos

Agustín y Mery
23 de noviembre del 2013

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jueves, noviembre 28, 2013

CANON PERPETUO




Hoy escalaste
la sed de los naufragios
para dibujarle al
corazón un recinto
de llovizna

Y la risa brotó
en vuelo dúlcimo
desde los vientos 
helados del invierno
hasta la circunvalación
de los asombros y la
resurrección de los
abriles

Desplegaste en el
tumulto de ese instante
un canon perpetuo en tus 
cuerdas de enamorado colibrí
consagrando para siempre
el alado ritual del vivir


27 de noviembre del 2013
texto y foto / mery sananes


Ofrenda Musical
Juan Sebastián Bach

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domingo, noviembre 24, 2013

TIEMPO SIN PALADARES







Cuando no estás
un epílogo de ramas
desanda la curvatura
del beso tramontando
un tiempo sin paladares


texto y foto / mery sananes
21 de noviembre del 2013




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jueves, noviembre 21, 2013

EL BESO QUE IMANTÓ LOS TULIPANES





Iba de blusa blanca y llevaba prendido en el ojal un jazmín que aromaba el viento que mecía mis cabellos mientras alcanzaba la esquina perpendicular de tus párpados. Allí se alojó un suspiro que se le escapó al ala inquieta de una mariposa en vuelo hacia la confitura de un membrillar.





Descendí por las escalinatas de la tarde hasta llegar al palomar de las nubes para ver soltar sus rumores de agua sobre el sobresalto de las fuentes. Y escribi en la dulce hondonada de la flor una carta hecha de lloviznas.




Tú aguardabas en el pasadizo de los siglos la señal de una canción que aún no habías escuchado y escudriñaste mis ojales aguardando el milagro de un adagio que recorriera la dimensión de tu sed. Yo me hice niña en la estancia de tus comisuras y me sembré en las florerías de un tiempo que aún no ha transcurrido.




A tí se te hizo agua el paladar de los sueños, embriagado de jazmínerías. Y recorriste la casa de las palabras en busca de un verso que contuviera el malabarismo de tus madrugadas, dibujado sobre un espejo de rizos y un azul de mares sin navegar.




Tuvo levedad de chicharra el vuelo sin estaciones entre la mirada y el beso que imantó los tulipanes. Pero fue suficiente para dar cuenta de los tiempos de laúd que habrán de ser.



texto y fotos / mery sananes
21 de mayo del 2010
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martes, noviembre 19, 2013

LAS TRUCHAS DE SCHUBERT



 
Las truchas de schubert arman
vuelos de rios mares y fuegos
y nunca regresan al azar



agustín blanco muñoz
del libro / ofrenda musical


 
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FRANZ SCHUBERT - A 182 AÑOS NO CONCLUYE SU MAGIA


Gustav Klimt / Schubert al piano

31 de enero de 1797 / 19 de noviembre de 1828  



Casi treinta y un año, y se lo llevó un tiempo de grises revuelos. Había abordado las esquirlas y las heridas se enquistaron en los pliegues de su fantasía. Y sin embargo, cuánta melodía no dibujaron sus dedos, cuántas misericordias no deletrearon sus canciones y cuantas imaginerías no nutrieron las sonoridades inconclusas de sus sinfonías.

Nos quedó su risa enrevesada en las notas de un piano, en las cuerdas de La Grande, en el juego armonico de La Trucha, en los lieders que cautivaron las vocales que vibran en las cajas sonoras de las gargantas, en el lirismo de Rosamunda y en el secreto encanto de la inconclusa. Nos dejó los años que no tuvo para que los sembremos en los que vendrán, cuando las penas no amortiguen las fugas y las cadencias sean frutos del amor.




La Grande anda escondida en lo chiquito
para poder despertar las aleluyas que
moran en los lechos de los mares
que aún no se han llenado de olas de amor


agustín blanco muñoz
ofrenda musical

Véase también el siguiente enlace

http://embusteria.blogspot.com/2008/11/embusteras-de-franz-schubert.html

publicado inicialmente el 19 de noviembre del 2012
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miércoles, noviembre 13, 2013

DECIRES DE OTOÑO V




Y en otoño a dónde van a parar
los nidos de las mariposas
cuando las frondas se desvisten
de su hospedaje de verdes y sólo
le quedan las ramitas secas para
construirle conjeturas a sus ansias

Cómo hacen para navegar libres
los barquitos de papel cuando los
pozos de sus risas se llenan de
hielo y de escarcha

El otoño es la medida exacta
de nuestros afanes porque sólo
cuando extrañamos aquello que nos
hace móviles y libertarios
es que regresamos al tesoro
de nuestras manos constructoras
a nuestros párpados exuberantes de
paisajes a nuestro oficio jardinero
de recolectores de esperanzas

Y es allí en esa bruma de los atardeceres
en ese lento silencio de las hojas ausentes
desde donde tendremos que reinventar
nuestro arsenal de ilusiones hasta que
renazca la risa de otoño en los lazos
alegres de un tiempo de porvenires


texto y foto / mery sananes
20 de noviembre del 2009
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lunes, noviembre 11, 2013

UNA VIDA AROMADA DE LIBROS BUÑUELOS Y AMOR - A CONCHITA BEROES



UNA VIDA AROMADA DE LIBROS

BUÑUELOS Y AMOR
Carta a Conchita Beroes
en sus 95 años



Conchita

En tu caso no es sólo referir un vivir de muchos años sino hacerlo como tú lo has hecho, en los términos de una proeza mayor. Una obra de cultivo,  empeño, belleza, paciencia, desprendimiento y amor. Y no obvio las durezas y tristezas. Por el contrario son ellas las que construyen la calidad de talante, la hondura de tus respiraciones, la fortaleza de tu espíritu.

Te conocí hace mucho. Conchita, la compañera, amiga, esposa, de Don Pedro Beroes. Esa sensibilidad a la mano de todos. De ese ser también mayor aprendí  esa aproximación a la literatura que nos aparta de la simple erudición para situarnos en el sentir y la pasión. Un misionero del porvenir que  hizo de su vida ese recorrido amoroso por los libros, de los cuales ninguno le fue ajeno.

En su biblioteca, esa que tú resguardas con tanto celo, no había ejemplares cuyos bordes aún no hubiesen sido recortados para que las páginas salieran libres, como solían imprimirse los libros entonces. Cada uno de ellos llevaba el signo, la huella de Don Pedro.

Y de allí y de la vida real, concreta, difícil, que le tocó vivir se nutría para convertirse en aquel maestro que fue para todos los que tuvimos el privilegio de escucharlo y compartir con él sus lecciones.

Nada de magistral tenían sus exposiciones. Era un acercamiento emocionado a la obra. Y si bien se conocía de memoria los clásicos de todos los tiempos, su gran entusiasmo era descubrir y redescubrir la literatura venezolana. No la del momento sino la que yacía olvidada en los anaqueles polvorientos de archivos jamás visitados.

Y no puedo hablar de ti Conchita sin hablar de Pedro. Porque ambos eran una sola junta de creación, un solo episodio, una sola obra de arte, que tú amalgamabas con esa alegría, esa picardía que conservas intacta y que compartes con tu amigos con el pedido de que contribuyan a esparcirla por mares, vientos y caminos.

Nada te era ajeno de esa vida. Ni los actores, ni los libros, ni sus cuitas, ni sus exilios, ni esa inmensa generosidad de las puertas abiertas que siempre te caracterizó. Tampoco olvido, Conchita, la alegría que se posa sobre tus ojos cuando haces memoria de tus tiempos de bailar y disfrutar en las trincheras que siempre te han acompañado.

Es fácil  decir 95, pero tú con ellos has edificado una vida olorosa a buñuelos, a melado de papelón, a dulce de mango, armada de afectos que fuiste y sigues construyendo cada día, estructurada sobre esa condición solidaria y fraternal del hombre que estaba en Pedro como en ti, como el centro y el eje de vuestra manera de ser.

Tu casa lleva el nombre de la biblioteca mayor que va mucho más allá de los libros. Un  aposento  que se volvió huerto  de mangos y ciruelos, de tierra mojada que tú has sembrado hasta  con tus lágrimas como lo hiciste en aquellos días en que Manuel se fue a los territorios de las siempre-vivas y cundeamores.

Conocerte, tenerte, quererte es un regalo y una bendición de la vida. Un alto compromiso. Una alegría de las que conservo en el corazón como esos talismanes a los que uno acude cuando se debilitan  las fuerzas interiores y hace uno de un rasguño una herida mayor.

No podía dejar de estar presente en estos noventa y cinco escorpios.  Recojo lo que eres y lo coloco de abono a mis huertos propios. Y anhelo de corazón que este mundo estuviese pleno de gente como tú, como Pedro, en cuyas manos un libro se podía convertir en una flor o una ofrenda. Un verso en una larga caminata por los paisajes del alma. Un episodio en una lección permanente. Un olvido en un deber de memoria insustituible.

Y al lado de ustedes, Manuel pensando en el registro de todos los pasos. Elvira sembrando caracoles, Agustín hilvanando los panoramas del mañana y los nietos inventando porvenires.

Te quiero, te admiro y te tengo  conmigo Conchita. Y te envío desde mis cercanas lejanías un abrazo de los grandotes.

mery sananes
11 de noviembre del 2013
foto ms



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