miércoles, junio 26, 2013

EL CORREDOR DE LA NOCHE



Qué territorio de greda amaina
el fulgor de tus ojos

Qué arrecifes de sal le trazan
un elipse a tus correrías

Qué vitral opaco te ha cubierto
sin un trapecio por el cual
columpiarte hasta el trigal
de mis imaginerías

Este tiempo sin sobresaltos
tiene el vértigo del silencio
que bordan en el viento los
campanarios mudos

Esta hora  empozada en la
catedral de las plegarias tiene
nostalgia de húmeros 

Esta historia a la que le
expropiaron su trama
epiloga la vida en el exhausto
corredor de la noche

Y sin embargo aletean esporas
en la casa del pájaro carpintero
y en la trayectoria de su canto
migran los abrazos hacia el
paradero de tus perplejidades


texto y foto
mery sananes
26 de junio del 2013

publicado en Memorias de pájaros
Caracas, CPT-UCV, 2019, p. 69


oliver messien
Un vitral et des oiseaux
escrito en la introducción a la partitura

los pájaros son más importantes que el tiempo
y los colores son más importantes que los pájaros
pero más importante que todo es
el aspecto de lo invisible



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martes, junio 25, 2013

LA FURIA DE UN RONDÓ


Y cuando tu imán penetraba
en mis gritos encendidos
la furia de ese rondó
se me clavaba en la
respiración del recuerdo
de toda la vida por nacer


abm

L.V.Beethoven
Rondó (3er mov.) del Concierto para piano No. 1


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lunes, junio 24, 2013

HOGAZA DE JOBO Y AZAHARES



Entre la noche y el alba
un milagro recorre las retinas
se asienta sobre las pupilas
ingresa al torrente de los suspiros
y aguarda andante
la irrupción violetazul
de los candiles solares





Y entonces un allegro resuena
en la caja toráxica del horizonte
un frenesí naranja se derrama
sobre la hierba y
despierta al fin la hogaza
de jobo y azahares
que mastico ceremoniosamente
cada amanecer



Audio de Manoli Mañogil
quien tuvo la belleza de convertir
este poema en un canto

Invito a escucharla






texto y fotos
mery sananes 









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CARLOS GARDEL - SÉ QUE SOY EL TANGO





¿Qué es el tango?


"En esa época no se cantaban, casi, los tangos. Eran estilos y tonadas criollas.

Vino después la canción del tango, sentimental o traviesa, arrabalera y pintoresca, con penas de ausencia, amores contrariados, puñaladas de guapo y llantos de niña engañada. Florecieron los poetas de las humildades porteñas y en cada barrio se oyó un bandoneón modulando tangos con motivos de las canciones venidas de todos los puertos. En el mismo crisol de razas que fundió al porteño, encontró su forma el tango-canción, penas de muchacho de aqui, que el viento llevó a traves de los mares para emocionar a inquietas muchachas de París o encantar a blondas millonarias anglosajonas.

No basta con tener la voz más melodiosa para entonar un tango. No. Hay que sentirlo, además. Hay que vivir su espiritu. Yo lo vivo, lo siento en la mirada dulce de una bella y empaquetada mujer que me ve pasar veloz en mi "voiturette"; sé que soy el tango cuando al salir del hipódromo me siguen con la vista los muchachos de la popular; no me engaño cuando el sastre se esmera por hacerme su mejor traje o la vendedora me busca entre todas, la corbata más linda. Sé que el homenaje es al tango. Yo soy para ellos el tango. Y me gusta, porque así soy más criollo. Aún cuando entono una dulce canción francesa, aún cuando la gente me escucha las bellas notas de "Parlez moi D'Amour", yo sé que soy el cantor de tangos que se presta para otras canciones."

(Carlos Gardel en una entrevista para: Diario Noticias Gráficas, del 21 de septiembre de 1933).



"Cómo voy a cantar palabras que no entiendo, frases que no siento.


Hay algo en mí que vibra al sonido de las palabras que me son familiares, que están hondamente arraigadas en lo más íntimo de mi ser; palabras que aprendí en mi niñez, que tienen el significado de cosas muy nuestras, imposible de transmitir.. El idioma, señores, es el español ... o mejor aún, el porteño. La pregunta: ¿me quieres? no contiene para mí la emoción que se vuelca en la misma pregunta porteña: ¿me querés? El pronombre vos, en lugar de tú; el verbo vení en lugar de ven... ¡Qué pena, amigos, que no pueda satisfacer sus deseos!, ¡yo sé cantar solamente en criollo!"

(En los estudios de la NBC cuando le proponían grabar en un lenguaje neutro para los países de habla hispana.)


El dia que me quieras




Madreselva

Guitarra mía

La Cumparsita
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domingo, junio 23, 2013

UN PEDAZO DE LUNA EN EL BOLSILLO


luna del 23 de junio del 2013


LA LUNA

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas. 
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo: 
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que nadie lo sepa 
y para alejar a los médicos y las clínicas. 
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido, 
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir


Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver. 
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna 
para cuando te ahogues, 
y dale la llave de la luna 
a los presos y a los desencantados. 
Para los condenados a muerte 
y para los condenados a vida 
no hay mejor estimulante que la luna 
en dosis precisas y controladas


Jaime Sabines
Antología poética Jaime Sabines
México, 2005






foto / mery sananes
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NADIE COME NARANJAS BAJO LA LUNA LLENA



luna del 23 de junio del 2013


luna del 22 de junio del 2013


LA LUNA ASOMA
canciones de luna


Cuando sale la luna 
se pierden las campanas 
y aparecen las sendas 
impenetrables. 
Cuando sale la luna, 
el mar cubre la tierra 
y el corazón se siente 
isla en el infinito. 
Nadie come naranjas 
bajo la luna llena. 
Es preciso comer 
fruta verde y helada. 
Cuando sale la luna 
de cien rostros iguales, 
la moneda de plata 
solloza en el bolsillo.


federico garcía lorca
canciones 1921-1924

foto / mery sananes


ROMANCE DE LA LUNA LUNA

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viernes, junio 21, 2013

MERY SANANES - CARTA A RAFAEL RATTIA


RAFAEL RATTIA RESCATA UN PEQUEÑO LIBRO
ESCRITO HACE CUARENTA AÑOS


Rafael

Me sorprendiste, amigo. Aunque conociendo de antemano tus labranzas, no resulta azaroso que te hayas podido reencontrar con un texto que, escrito hace cuarenta años, contiene ciertamente ya el descontento, las dudas con la revolución que veíamos como el centro de nuestros ideales y que ahora se nos revelaba como algo que no correspondía con la realidad que prefigurábamos.

Difícil, terrible, duro procesar una certeza que convertía el dolor de la muerte, la ausencia, en una doble mordedura. Porque los hermanos que se nos quedaron en el camino, lo hicieron cabalgando un sueño de redención para el cual sólo tuvieron su entrega.

Cuántas contradicciones iban y venían en aquellos días aciagos, que no concluyeron nunca, sino que se prolongaron hasta hoy, como si no existiese la memoria, ni las penas grabadas en las despedidas que no quisimos. La muerte siguió su curso ilesa de todo obstáculo. Porque quienes la adversaban, luego la hicieron suya, o la negociaron, la pacificaron, o la enfrentaron con nuevas solicitudes.

La razón quedaba como excluida de todo planteamiento. Siempre tratando de arribar a una estación que otros nos colocaban como nuestra, y en la cual nunca habitó la ilusión de un tiempo nuevo. El sufrimiento quedó petrificado en los rostros atónitos de los transeúntes. Nadie hizo de aquellas ausentes sepulturas una reflexión que ahuyentara la muerte y atrajera la vida.

Y sin embargo cuántas veces se nos hizo creer que había que librar aquellas batallas desiguales. El enemigo fue tan poderoso que se apoderó incluso de nuestras utopías. Las hizo suyas tan sólo para convertirnos en lo mismo que ellos. Terminamos utilizando sus mismos procedimientos, sus mismas armaduras, sus mismas sinrazones, en busca de un espacio de poder que hasta el día de hoy sólo ha servido para hacer reinar lo que excluye, divide, segrega y fracciona. Nunca para establecer la vida.

Tal vez todo eso estaba en aquel pequeño poemario, que no era sino la radiografía de un dolor tangente, que no encontraba cómo convertirse en palabra-arma para hacer girar la historia, al fin, hacia el lado del hombre, de la gente, y de un mundo construido a semejanza de su humana condición.

Los cuarenta años que le siguieron no han hecho sino corroborar aquella certeza de incertidumbres, aquel desasosiego de lo inútil, aquella tragedia de quienes no fueron preguntados por su vida, sino sólo por su muerte. Y sin embargo, cuántos aún son los mismos actores y testimoniantes, críticos y anticríticos, reinando en una dimensión que sólo ha vivido entre masacres.

Por eso, Rafael, a la hora en que rescatas ese texto, que más que poemas, son un gesto, una exhalación, un grito aherrojado, se me hace presente de nuevo la misma y vieja historia que no fuimos capaces de transformar, de llevar hacia otros términos. Y lo terrible sigue siendo que esa disolución sólo ha crecido hasta convertirse en red gigantesca que ya no nos deja siquiera reconocernos entre nosotros mismos. Nos convirtieron en seres ajenos, distantes, agriamente enfrentados, sin saber por qué, ni cómo y mucho menos para qué.

Hoy la tragedia es mayor. Y por ello, Rafael, me ha conmovido profundamente tu acercamiento a aquellas páginas que sólo han pertenecido al silencio y al olvido. Cuando tú las retomas, es como si se iluminara de nuevo el vendaval que las convirtió en palabras. Y reviven en este tiempo, para hacerse de nuevo contraseña, señal, de lo que nos aguarda por construir, de lo que hay que develar, y sobre todo de lo que debemos emprender desde los acuciantes agujeros de las nocturnidades hasta su preterida residencia en los solares del porvenir.

Te envío un afectuoso e inmenso abrazo

Mery Sananes
Octubre 2006


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RAFAEL RATTIA - SOBRE TIEMPO DE GUERRA DE MERY SANANES


escrito en el 2006


Existen libros destinados a recorrer extraños itinerarios que trascienden las fronteras geográficas y se siembran en la conciencia de los lectores como árboles cuya savia irriga los caminos de la esperanza, de la lucha incesante por la dignificación de la especie humana al margen de circunstancias y momentos coyunturales de cualquier índole.

Obviamente, el destino de un libro adquiere un carácter tan autónomo con el paso de los días que su autor nunca será capaz de columbrar su capacidad de resistir la implacable inexorabilidad de la Historia con sus ineludibles avatares.

"Tiempo de Guerra" es un portentoso libro que se puede catalogar entre los libros dinamita; esos que horadan la conciencia y perturban la aparente tranquilidad de la buena conciencia del individuo-ciudadano. Publicado originalmente en el hirviente año de 1968, en el fragor de las legítimas rebeliones estudiantiles que sacudían la sensibilidad cultural que generaron las hermosas revueltas de Nantérre y Paris; este libro se adelantó de un singular modo visionario (un acto de profetismo poético) a la Renovación Universitaria que protagonizó la gloriosa Universidad Central de Venezuela.

Pienso, animado por una irrevocable convicción ácrata, anarquista, revolucionaria, que este libro de la magnífica escritora Mery Sananes, adquiere una espeluznante y sobrecogedora vigencia histórica que me temo, inclusive, no tuvo tanto cuando fue publicado por primera vez a finales de la utópicamente sugestiva década del sesenta.

La edición que ahora comento pertenece a la Segunda Edición de Septiembre de 1974 y está expresamente dedicada al Comandante Argimiro Gabaldón y a todos aquellos valientes y aguerridos quijotes latinoamericanos que dejaron sus vidas ofrendadas al calor de los tableteos de ametralladoras a orillas de los ríos y en el corazón de las selvas y montañas del Oriente y Occidente de este "cuero seco" llamado Venezuela.

Cuan ¡urgentes!, ¡insoslayablemente urgentes!, son las páginas que aun palpitan en este "Tiempo de Guerra"escrito por Mery Sananes como quien traduce en el poema la dolorosa desgarradura de un tiempo que migró sus fórmulas pero mantiene su inalterable esencia injusta de dominio y explotación. Veamos una lacónica muestra de nuestra afirmatio:

"Son estas en verdad
horas terribles
por todas las cosas
que no se perdonan
por todas las cosas
que hay que salvar
por todas las cosas
que son necesarias
en este tiempo de guerra"

En verdad, hay que decirlo aunque nos duela en lo más hondo: vivimos, perdón; desvivimos en tiempos de desolación en los campos y ciudades en esta Venezuela bolivaresca donde la continuidad de la masacre es la ley de cada día que signa las frágiles y vulnerables vidas que siega el hampa y la policía en calles, veredas, avenidas, pueblos y caseríos de lo que con inobjetable acierto semántico denomina el historiador y escritor Agustín Blanco Muñoz "este expaís llamado Venezuela".

En alguna ocasión leí un lapidario aforismo en el "Breviario de Podredumbre" de E.M. Cioran donde el escéptico de los Montes Cárpatos afirmaba: "es en el poema donde la palabra es Dios" y Mery Sananes lo sabe asaz bien cuando levanta su estro lírico con una inusitada fuerza ética y una no menos dulce belleza estética. Lea usted mismo y convénzase de lo que afirmo:

"Quisiera un país
donde pudiera trabajar
sin conceder nada a cambio
donde pudiera hablar
sin temor al que escucha detrás
atento a la denuncia
donde pudiera amar y tener hijos
que vean el sol
donde los hijos de mis hijos
vean el sol
donde pueda levantarme por las mañanas
sin el peso de los rifles (…)
pero aquí
todo está por hacerse".

Nunca como ahora, en este tiempo lúgubre que padece la república, jamás como hoy la palabra poética fue tan necesaria para izar las banderas de la denuncia urgente. Este tiempo de aniquilamientos fratricidas, de guerras interminables de todos contra todos; este tiempo de borrascas y de acentuadas opacidades en el que la ley es un simple "saludo a la bandera", el poema es arma gramatical irremplazable que todo el que ame la vida debe esgrimir sin titubeos ni dubitaciones.

Cuando la tanatocracia, el imperio de la muerte y del odio polucionan el aire de un país al borde de los farallones, la poesía de Mery Sananes es un canto que redime y santifica la lucha por la resistencia de los humillados y ofendidos por el poder omnímodo y soberbio del Estado corporeizado en un psicopatológico culto a la personalidad de mesiánicos providencialismos de nuevo cuño.

Es indispensable re-editar este libro de Sananes. Es la hora aciaga en que el poeta debe sacudir la modorra y el apoltronamiento de sus pantuflas para traducir la nervadura y las palpitaciones de una época que exige, cual imperativo categórico insoslayable, el protagonismo beligerante del verso que sacude y estremece la conciencia de una nación vituperada por la traición a las viejas banderas de la autoemancipación de la especie humana. Como dijo la autora de este "Tiempo de Guerra" en la página 36:


"Mira amor
El caujaro produce una fruta muy dulce
con ella se pueden atar papagayos
Mil hombres
invadieron hoy falcón
¿no es tiempo ya de que nos encontremos?

Rafael Rattia
octubre / 2006

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A FABRICIO OJEDA - LA MUERTE DE UN HOMBRE SENTENCIA LA VIDA DE MUCHOS HOMBRES




 

Un día te levantas
la prensa amaneció antes que tú
trayendo la noticia

sabes quiénes fueron
los que dijeron que se entregó
sabes quiénes fueron
los que lo capturaron
sabes quiénes fueron
los delatores

la muerte sobrevino de noche
a media mañana de un día gris
te enteraste
lloras porque no has estado nunca
en la montaña

sabes quiénes fueron
los que golpearon
sabes quiénes fueron
los que lo colgaron
sabes quiénes lo encerraron
el tiempo de morir

viste el ataúd golpear el suelo
viste los hombres pegados detrás
viste la carta que le dirigieron a los familiares

había una diferencia entre camarada
y compañero
ahora sabes lo que tienes
que hacer

miembros del partido
miembros de todas las policías del mundo
estad alertas
un fusil sigue siendo el nombre de Fabricio
un testimonio más duro que su muerte
sobreviene

la muerte de un hombre sentencia la vida
de muchos hombres

digamos de una vez por todas
quiénes están con esta guerra

21 de junio 1966*

*Mery Sananes, Tiempo de guerra. Caracas, Ediciones Desorden, 2da ed. 1974, pp. 23-24.


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martes, junio 18, 2013

VÉRTICE LUNAR




luna del 18 de junio del 2013
desde los grandes lagos
foto de mery sananes


Y la luna giró en el
ángulo circular de las
pupilas hasta consagrar
la noche en el hemisferio
de los abrazos que se
quedaron inmóviles en el
el vértice de las ausencias





luna del 18 de junio del 2013
desde caracas
foto de grecia villamarín





 texto / mery sananes


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lunes, junio 17, 2013

LA ALTIVA INSIGNIA DE LA VIDA







En qué recintos del cielo
andan sus alitas a estas horas
de la luna

A dónde los lleva esa nave
que se aleja de los albergues
que tejí para ustedes

En qué silencios se duermen
sus suspiros esos que en las
noches yo recojo en las
cuencas de las manos para
depositarlos en el agua que
han de beber en el amanecer

Qué distancias habrán de
recorrer mis liturgias para
alcanzar el cruce del mar con
ese continente al que los
llevan sin que el cobijo de la
madre ahuyente los ruidos y
les vierta en sus antojos
las golosinas de su amor

Le he pedido al albatros y
a la gaviota ártica su compás
de vuelo para cabalgar en ellos
la trayectoria que recorren
y a las estrellas más cercanas
el azul estallido de su luz 
para que alumbren sus pasos 
a lo alto de un espacio 
que les es ajeno

Alojada estoy en el interior
de las vértebras allí donde se
atiza el sol de los latidos la
altiva insignia de la vida
con un remo de besos atravesando
el cauce de las sonrisas que
les cosí en el ojal de la camisa

Y allí me quedo en la quietud de
la inocencia para verter en sus
pupilas tinajas de miel y el aljibe
rosa de los atardeceres hasta que
regresen al tiempo de los campanarios
de donde nunca debieron salir

15-16 de junio del 2013

texto y foto
mery sananes

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sábado, junio 15, 2013

ALBERTO SANANES - CARTA A MI HIJO





CARTA A MI HIJO
 
MÍO FUE EL TIEMPO DE LOS SILENCIOS

Y LAS BÚSQUEDAS INCESANTES


George Henrique

Sabes bien que nunca he cultivado los días inventados por los otros. Me gusta celebrar los que inventamos nosotros, cada día, en el trajín de las dificultades y en los resplandores de las alegrías. Todos los que pasamos juntos desde el día que llegaste al regazo de tu madre a avisarnos que venías en camino.

Y todos los que tuve que estar ausente sin poder ver cómo iba creciendo el centimetraje de tu sonrisa. Mío fue el tiempo de los silencios y las búsquedas incesantes. Mío este corazón que antes de tiempo me anticipó una despedida que fue solo de espacio mas nunca de presencia.

AHORA TODOS LOS MINUTOS LOS PUEDO

PASAR CONTIGO

Ahora, que no tengo que preocuparme por llegar a tiempo a parte alguna, que no debo  andar haciendo cálculos a beneficios ajenos, que ya no miro las noticias ni reviso si el precio del gas subió o bajó,  ahora que puedo ir caminando a tu lado sin temor a que me tropiecen, que no tengo que cerrar candados y puertas, ni salir corriendo a ver si los medicamentos llegaron o no a la farmacia, ahora, hijo, todo los minutos los paso contigo.

Y hoy, hijo, nos vamos de paseo. Te llevo a donde tú quieras. Tengo aún en mis zapatos algo de los arenales de Coro. Y el día que estrenaste tu traje, me quedé toda la noche en el nudo de la corbata para cuidarte. Me sentí muy orgulloso de tí y de tu madre. Y me di cuenta de pronto de cuánto has crecido.

PODEMOS ADENTRARNOS EN LA INMENSA

VENTANA DE LAS ESTRELLAS

Podemos subir a las colinas que se divisan desde el balcón de la casa de tu abuela Victoria. Allí donde íbamos a comprarle los quesos a tu tía Mery. Podemos tomar el camino de los páramos y adentrarnos en esa inmensa ventana de las estrellas, mientras amainamos el frío con un calentao. Podemos ir a jugar pelota. Ya no me duelen los brazos, ni me canso al correr. Puedo verte mientras te anudas la última cinta que te acabas de ganar.

Podemos ir a Torococo, para que yo vea cómo han crecido tus sembradíos y cómo has aprendido el hermoso arte de cultivar la tierra y los amigos que allí te aguardan con afecto.

O tal vez tomemos un avión y nos vamos a Caracas a ver al tío Jeijei para que te lleve a correr al parque. O para que acompañes a Agustín al Jardín Botánico a ver los lirios de agua y a los hijos de la palmiflora.

Y DESPUÉS NOS SENTAREMOS A CONVERSAR

Y después de todo eso, nos vamos a sentar juntos a conversar. Echaremos cuentos. Yo te contaré de mis andanzas de niño y tú me dirás de tus días de muchacho grande. Tu madre, como siempre, nos hará algunos de sus deliciosos manjares. Y mientras otros corren a comprar regalos, a cumplir con la formalidad de darle un abrazo al padre que poco han visto, tú yo, estaremos inventando los días porvenir.

VOY POR LOS ESPACIOS ABIERTOS TOMADO

DE TU CORAZÓN DE HIJO MARAVILLOSO

Todos los días converso con tu tía Mery ella y me tiene al día con tus vuelos. Quiero que sepas que estoy con la Abuela Luna viendo los partidos de beisbol.  Que ya no cargo equipaje ni maletín ni cables de computadora. Que voy por los espacios abiertos abriéndote paso, hijo. Tomado de tu corazón de hijo maravilloso.

NO OLVIDES QUE ME GUSTA MUCHO REIR


Ahora tengo más tiempo que nunca para quererlos y protegerlos. Y quiero que así lo sientas y sepas cada día de tu vida. Y que me nombres siempre con alegría. No olvides  que me gusta mucho reír.  Y cumplir con todas mis tareas. Algunas noches hasta me pongo a cantar, como me gustaba hacerlo. Y me pongo a recordar la primera vez que te erguiste y comenzaste a caminar. Y aquel escalón que tu tía Mery cuidaba con tanto celo, para que no te tropezaras con él.

AHORA QUE MI PECHO FUNCIONA CON LOS

LATIDOS DEL UNIVERSO

Ahora te toca a tí construir y guardar memorias para que en los días de lluvia o en las noches de tempestad me las cuentes. Yo mientras te entregaré a cambio pedacitos de nubes, diminutas fogatas hechas de polvo de estrellas,  amaneceres de mandarina, cestas de golosinas de las que mandaba hacer la abuela Victoria para acompañar los desayunos de arepa de maiz pelado, queso ahumado en hojas de frailejón  y pizca andina. Y todos los suspiros que me caben en un pecho que ahora funciona con los latidos del universo.

Te quiero hijo. Te abrazo. Te acompaño.
Muuucho
 tu padre Alberto

15 de junio del 2013


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