domingo, agosto 31, 2014

LA CERTEZA DE LOS MILAGROS



a mi hermano


Como una partitura en re
derramando sus octavas sobre
cuerdas tremolantes
este día cruza el tiempo como
la exhalación de un oboe o la
agitada lágrima de un cello
atravesando los rieles de una
escala inconclusa

En el navío de los instantes
la vida se desenvuelve en gerundio
aunque el infinitivo tense
sus conjugaciones en pretérito

Y lo celebrante no se detiene
ni en el ay de las desmesuras ni
en la contrafuga de un clavicordio

Establece sus dominios sobre el
jade de la hierba y el lapizlazuli
de un delta invertido

Y allí en esa instancia del querer
la palabra se silencia para darle
paso a la certeza de los milagros

30 de agosto del 2014



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