sábado, octubre 31, 2015

TIEMPOS GRISES



Tiempos grises
antesala de colores y vida
Gesta del baile de las mariposas

Juan Fernando Martínez Andrade


PARA
EL LIBRO DE LOS GRISES


31 de octubre del 2015
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EL LIBRO DE LOS GRISES




EL LIBRO DE LOS GRISES

Entre Zaira la maga  y yo cualquier acontecer es posible. Yo miro por sus ojos y ella toma la paleta de su alma y comienza a describir lo mirado como algo inequívocamente inédito. Y entonces irrumpe el milagro.


El último es
EL LIBRO DE LOS GRISES

Le dije una mañana que observando el cielo y sus tonos de gris había reiterado que eso que algunos llaman ausencia de color tal vez fuese sólo una forma mayor de asombro. Y la invité a que juntas saliéramos a la caza del envés de los colores. Aquí su primera respuesta:

¿SERÁ UN TRIGRAMA GRIS?

Las ovejas corrieron al aprisco
Planeaba un gavilán en la distancia
La flauta del pastor se quedó muda

Oí de nuevo el canto, tonos tristes
recordaron los grises del otoño
Hacía falta el triscar de las ovejas

El gavilán volaba satisfecho
en su pico llevaba, alborozado,
la oveja que faltó en el pastoreo.

Zaira Andrade

Le respondí: no hay material más dócil ni más próximo a la arcilla que la tristeza. Uno la toma entre los dedos y comienza a moldearla como uno quiera. A veces estalla en la risa atrapada que guardábamos como un tesoro.

Otras en ese roce del aire con el beso que quedó estampado para siempre en los vuelos de la luna. Muchas veces en la reconstrucción inédita de los lugares, los gestos, las palabras y los silencios. Esos intervalos en los que todo tiene cabida y en los cuales el amor anda sin fronteras inundándolo todo. 

Y así dimos inicio a esta nueva juglaría. Tenemos la certeza de que si cada uno de nosotros logra leer en los grises la grafía de los milagros,  tal vez el hombre reencuentre la simiente floral de la que está hecho. Y los grises puedan recuperar su alta dimensión de lumbre y su recorrido de saeta. Invitamos a intentarlo. 

mery sananes
31 de octubre del 2015



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jueves, octubre 29, 2015

NO ES MÍA LA PALABRA

















En verdad no es mía
la palabra
la encontré en el viento
mientras hurgaba 
en la circunferencia
solar de las sombras


mery sananes
11 de abril del 2010
foto / tomada de internet
eclipse solar del 22 de julio del 2009

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miércoles, octubre 28, 2015

NADA MÁS PRÓXIMO A LA ARCILLA QUE LA TRISTEZA





Enrique

Quiénes, si no nosotros, tus compañeros de viaje, podríamos dar cuenta de una vida vivida inmersa en las aromerías del amor. Cómo olvidar ese papi y mami que se nos hizo tan familiar, tan nuestro como vuestro, y con el cual expresaban mucho más de lo que aquellas dos sílabas fraguaban en el aire al pronunciarlas.

Era un amuleto, un talismán, una clave y un incendio. Aguarda, Enrique, no rompas a llorar. Hablo de las cosas más hermosas de tus días. Y una vez enjugadas las lágrimas debes volver a mirar lo que fue, lo que es y lo que siempre será, cuando tus pupilas reconstruyan el tiempo y adviertas que la puedes volver a mirar en el espejo de tus ojos, sitial que no admite ausencias ni despedidas.

Uno jamás se despide de aquello que ama, Enrique. Queda con nosotros con más hondura que nunca. Nada se disipa. Todo se reorganiza. Y entonces estableces una conexión armoniosa con lo que fue, es y sigue siendo, ahora en tus manos y en tus pasos, que se convierten en diarias resurrecciones.

De esas penas que rasgan hasta el adentro de las vértebras uno nunca se consuela. Y ni siquiera hay que intentarlo. Pero no hay material más dócil ni más próximo a la arcilla que la tristeza. Uno la toma entre los dedos y comienza a moldearla como uno quiera. A veces estalla en la risa atrapada que guardábamos como un tesoro.

Otras en ese roce del aire con el beso que quedó estampado para siempre en los vuelos de la luna. Muchas veces en la reconstrucción inédita de los lugares, los gestos, las palabras y los silencios. Esos intervalos en los que todo tiene cabida y en los cuales el amor anda sin fronteras inundándolo todo.

A ti te toca, Enrique, por compromiso y obligación, por deber y derecho, reencontrarte con la belleza, con los suspiros, con el sabor de los frutos, con el encanto salobre del mar, con esa montaña de flautas por la que se asciende hasta los cielos.

Te toca dejarla ir a esos recintos mágicos donde ella hoy es purita energía navegando sueños y desandando precipicios. Sólo desde allí podrá comenzar a dibujarte azules en las noches más oscuras. Rayos solares en medio de la más profunda de las tempestades. Cantos de estrellas en el altavoz de tu mudez.

Ella sólo estará tranquila, donde quiera que esté, si sabe que aquello que sembró tiene un regador que nutra sus retoños, un amoroso jardinero que dé cuenta de los frutos, un hacendoso constructor de días sin llanto.

Y nosotros, Enrique, quienes los queremos, necesitamos que recobres tu paso sobre los caminos, tus ascensos por las escalinatas, tus juegos con las horas, y esa alegría que ella amo y que tenía su nombre.

No fue ella hecha para tu tristeza. No lo olvides. Como tú no lo fuiste para la suya. Decidieron un día andar juntos y esparcieron décadas de mieles, que quedan endulzando la vida. Ahora te toca trabajar los panales por ella y por ti para asegurar la continuidad de lo vivido.

Y tenemos la certeza de que podrás hacerlo. Porque si no le fallaste en los calendarios subterráneos que a todos nos tocan, menos podrás fallarle ahora.

Y eso lo lograrás en el instante en que decidas sonreír, al ver su retrato plasmado en todo lo que tocas. Lo alcanzarás al rememorar, reconstruir y salir al aire libre al encuentro con las cosas esenciales que tan a menudo dejamos ir, sin retenerlas. Porque sólo en ellas estará Miriam, aguardándote.

Y es hora de que vayas a su encuentro sin lágrimas.

Muuuuucho
Mery
28 de octubre del 2015

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DESDE SU ALTURA





Luna del 20 de septiembre del 2015
foto / danielita barrolleta



Desde su altura
la luna le fragua 
azules a la piel
de los metales
para que alcance
la levedad de 
sus fulgores
y la redención solar
de sus sueños

¿Podrá el espejo 
de su mirar 
fundir alguna vez
el cañón de los fusiles? 


texto mery sananes
0ctubre 2015


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lunes, octubre 26, 2015

SIEMPREVIVAS DE AMÉN




SIEMPREVIVAS DE AMÉN

Hoy  recojo
vivas trinitarias
para llevarlas al santuario
de las mañanitas
donde se esconden los luceros
de los arcángeles que ven pasar
el tropel inmenso de los
recaderos del vuelo que asumen por
siempre la misión del canto
de  los días en que se
multiplican los rosarios
para expandir risas y festejos
por todos los espacios del
reencuentro  que nos llevan
a acercarnos cada vez más a
los quereres nibelungos que
moran en los sueños de las
siemprevivas del amén


texto y foto
agustín blanco muñoz
26 de octubre del 2015
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domingo, octubre 25, 2015

EL SILENCIO



Paul Klee


Una vez más nos sorprende Ramón Santaella. 

Y no porque sea una sorpresa este poema que nos envía, sino porque la pregunta que sobreviene es si se trata de un poeta metido a geógrafo y científico social o si por el comtrario es la contemplación del paisaje geográfico y humano el que lo conduce a esta reflexión sobre el silencio.

Nosotros apostamos a que es el poeta que hay en él lo que dictamina sus rumbos, sus palabras y sus haceres. Y he aquí un testimonio de ello. 

Sus preguntas aún quedan buscando respuestas. 

EL SILENCIO

Tomo por asalto el silencio residual del bullicio cotidiano

Supuesta intimidad para dialogar conmigo mismo en la construcción de los conceptos necesarios para sobrevivir como humano

Aprovecho la circunstancia del momento cualquiera para intimarme durante minutos y segundos

Me nutro de pensamientos cuando invento tiempos para construir sueños y forjar ideas de supuesto compromiso imaginario, hasta comprobar cada una de las propuestas

Entonces presiento la palabra adherida como hiedra sobre la roca como si fuese  pertenencia escondida

Infinita propiedad pensada, mil veces compañera, sin delación alguna de lo poseído

Es cuanto poseo, más allá de la sonrisa dibujada en mis labios como huella gozosa de un universo íntimo, imaginario

¿Acaso cinismo personal ante la vida o cobardía ante lo acontecido?

No es necesario revelar palabras ni compartirlas con alguien que no escucha

Solo basta cerrar los ojos y evitar denuncias provenientes de la mirada

Suficiente, sentir la brisa en el rostro para descubrir asombros y sospechas

Gritar en el silencio un momento de acoso, sin presión alguna por sentirnos en el lugar indicado

Sirva ese lugar  para construir nuevos silencios y palabras íntimas, mudas tal vez, como muestra de la pertenencia acumulada

Tan nuestras las palabras como susurro del viento que brinda caricias y recuerdos, sin compromisos en la espera

Y cuando vuela el pensamiento hacia espacios de absoluto imaginario, trascendemos en sueños más allá de las eternidades

Presentimos que el horizonte permanece vacío de recuerdos escondidos en posible infinitud como si fuesen inconclusos o simples palabras poblando el recinto de los deseos

Entonces, se exalta el pensamiento en el instante del susurro y demanda de los dioses la libertad de la palabra prisionera

Musa real en la construcción imaginaria de universos en el tiempo de las edades

¿Acaso, todo depende del silencio obligado o habrá de inventarse hechos que perturban los momentos?

Silencio y palabra han de reinventarse hasta transformar los segundos de la espera

Suficiente para construir sueños en la conformación de los deseos

Y la palabra ha de permanecer escondida en el extravío consciente del silencio, ignorando susurros y asombros.

Ramón Santaella Yegre


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sábado, octubre 24, 2015

LA DIMENSIÓN EXACTA DE LA TERNURA



Suelta el dorado sus hilos
tiñe los árboles con su orfebrería
se desliza por los altos muros de una
ciudad deshabitada de luceros
se deja caer sobre el asfalto mitigando
la tristeza que se prende de las horas
y emerge como un canto a la vida
como si nada importara más que esos
rayos que sonríen y se posan sobre
los párpados secando las lágrimas
dibujando porvenires de pomarrosa
y mandarinares

Los deja y se va como si pintara
la ciudad del color del trigo que se
desgrana en pan de amor
como si supiera que más allá de
las penas la vida repite incesante su
ciclo enamorado

¿Cuándo el hombre se detendrá
a mirar el milagro de esa luz de hilos
que escribe cada tarde un allegro
a la vida que pasa cabalgando
en las alas de las mariposas
en el corazón saturado de alegría
de los pájaros que regresan a sus nidos?

¿Cuándo se detendrá a medir el movimiento
de las hojas cuando las zarandea el aire
en estos atardeceres coloreados de jazmines
y azahares que aguardan la noche para
regar en el corazón de los transeúntes
el abecedario secreto de los besos?

Tal vez si lo hiciera ascendería
por esos hilos hasta el interior de si mismo
y como un espejo que se desdobla
encontraría el verdadero origen
de todo lo que vive y miraría asombrado
su propia arquitectura sideral
hasta alcanzar la dimensión exacta
de su ternura


texto y foto
mery sananes
07 de agosto del 2009


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miércoles, octubre 21, 2015

LA DIFÍCIL TRAVESÍA DEL VIVIR




para enrique mata
el día en que miriam
levantó vuelo como 
las hojas de otoño
para resembrar su amor
en los arenales 
subterráneos del cielo



Hermano del alma

La vida es una difícil travesía. No hay caminos rectos, ni aposentos en los que alguna vez un vendaval no trastoque el sosiego de su hospedaje. Cada día es una larga batalla hacia ese territorio donde albergamos los sueños que nos entregaron al principio de todo, inscritos en nuestro ADN. Y que sólo alzaron su vuelo en un horizonte cercado.

Y sin embargo, nuestra fue la decisión de erguirnos más allá de los claustros cerrados, para descubrir perplejos que aún podíamos descubrir la trayectoria de un tiempo por inventar. Un recinto sin siniestros. Una aurora sólo visible a nuestros ojos de mirar claridades donde sólo sobreviven soterrados los precipicios.

Y sembramos rosaledas en medio de eriales. Cosechamos frutos en árboles sin raíces. Y encendimos fogones en los linderos de las tempestades.

Abrimos el corazón a los afectos en campos minados. Y edificamos espacios desde donde atrapar el alba en el instante de un parpadeo.

Y advertimos entonces que estábamos vivos más allá de toda muerte. Que ante la indiferencia de los otros nosotros tejíamos sonrisas en las líneas de un ferrocarril inmóvil. Y que nada había podido detener la certeza de los estremecimientos, cuando el ojo rozaba el azul de una ilusión envuelta en una atarraya.

Y todo eso quiere decir, Enrique, que hemos vivido. Que el amor nos entregó sus secretos y sus vigilias. Bordó en el aire los suspiros de nuestra alegría. Y que nada fue en vano. Que fuimos una vasija desbordada, un río crecido, un florecer de murmullos.

Y que cuando los afectos se enhebran hasta en la respiración, nada desaparece. Así los sentimos a Miriam y a ti. Fuiste bajel y ella lontananza. Tú el viñedo y ella la copa. Tú el equipaje y ella la exhalación.

Y esta noche, cuando ella descarga en la nada el peso de los dolores y las penas, cuando se interna en el silencio reverente de los enamorados, partiendo sin partir, llevándose tu ofrenda y dejándote su lumbre, te toca a ti, Enrique, entregarle para su viaje el pañuelo que enjuga todas tus lágrimas, para que con ellas pueda Miriam hacer su navegación hacia el infinito del siempre.

Y tú logres restablecer la exacta medida de lo vivido, como tu equipaje frugal para lo que has de vivir, en su nombre y en el tuyo, en nombre de la alegría rescatada en el redil de los ojos, en los engranajes del alma, en la geografía de la piel, en el bosque de los besos.

Bendecidos hemos sido, Enrique, que pudimos edificar en un tiempo de destrucción. Que pudimos conservar intacta la inocencia en un paisaje árido y reseco. Que fue y es nuestro el raro oficio de acceder a los sentimientos en medio del mapa de los odios.

Mira, Enrique, qué dones nos ha otorgado y otorga la vida. Y en nombre de esa alegría, llévatela contigo, cosida a los pliegues de tu camisa, en las hebras de tus cabellos, en el trote de tus pasos, a que vea a través de tus pupilas, los bosques de un tiempo porvenir.

Nosotros te acompañamos, como siempre, con el encargo que Miriam nos deja de que no cerrarás las huellas de lo conquistado, que perdurará en ti la sonrisa que ambos moldearon con astillas de miel y aromas de azahar, para que ella pueda acceder a su transfiguración, con el sosiego de tu persistencia y la presencia inalterable de tu abrazo.



Muuuuucho
mery
20 de octubre del 2015



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EL SOL DE OTOÑO ES UN ESCÁNDALO



Uun precipicio de hojas
abriéndole grietas
a los grises



Un derroche de asombro
entretejido en la
despedida de los nidos




Un milagro sostenido
sobre un tallo eterno



Un enjambre de hojas
convertidas en panales
de sol



Una despedida que deja
en el aire todos sus retornos
estampados en ñas últimas
hojas en fuga




Derroche solar escribiendo
sobre los girasoles del viento
la promesa del retorno

 



Un atardecer bordando su
equipaje en la llegada
de la noche




Fosforescencia de rosas 
escribiendo su poema
de amor en el lírico
lenguaje de los azules
intensos



fotos
mery sananes
escrito y publicado
inicialmente en otoño 
del 2015


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martes, octubre 20, 2015

LAS HOJAS NO CAEN...SE SUELTAN


  

Este texto me acaba de llegar 
a ese buzón mágico que llenan los afectos
y su contenido es no sólo producto
de la percepción del otoño
sino de como cada esencia de la naturaleza
se conecta con nosotros para dejarnos
una lección un código una clave
para que el vivir adquiera su sentido
trascendente


Lo comparto como se comparte
todo aquello que nos conmueve
Llegó a mí de manos de un ser
excepcional mágico trashumante
que se llama Zaira Andrade
ese ser que nada deja caer
y que se entrega permanentemente
a la sinfonía del viento en un indecible
canto de libertad para todos y
cada uno de los árboles humanos
que somos


LAS HOJAS NO CAEN...SE SUELTAN

 

Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja.

Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae” sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse.

Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.

Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría.

La hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.



La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.

La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.

Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma ¡ suéltate !, ¡ entrégate !, ¡ abandónate !  y   ¡ confía !.

Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad.

Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.



Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas. Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote.

Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, con este entorno ya conocido…

Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas que  “se dejan caer”.

Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.




Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.

Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.

remitido por José Páez
texto original de José María Toro
de su libro La Sabiduria de la Vida






fotos / mery sananes


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